Escrit per: Rafael Corral
Apreciado paciente,
Cuanto me alegra poder dirigirme a usted. Si pudiera visitarle lo haría pues en estos días complicados de confinamiento, seguro que añora a los suyos.
Me alegra saber que le están dando los cuidados necesarios para que pueda restablecerse pronto. También me consta que recibe magnifica atención y cariño del personal sanitario.
Quiero que sepa que, aunque no le conozco en persona, pienso en usted y en su necesidad de recibir palabras de ánimo.
Si usted es una persona creyente, puede que le pida a Dios que le proteja y que le ayude a enfrentarse con optimismo a su situación. Eso está muy bien, yo también lo hago. A El se le llama el “Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo” (2ª Corintios 1:3). Concordará conmigo en que muchas veces su consuelo nos llega a través de personas que nos animan.
Querido paciente, tengo por seguro, que pronto pasará todo esto y volveremos a la normalidad. Pronto se recuperará, y podrá abrazar a sus familiares y expresarles todo su cariño. Los reencuentros con los suyos serán momentos muy felices y emotivos que siempre recordará.
Todos esperamos ese día, cada vez mas cercano en el que podremos decir: “lo peor ya ha pasado”. Mientras tanto siga luchando con optimismo y un espíritu alegre. Tenga por seguro que los mejores médicos, enfermeras y celadores velan por usted con humanidad y cariño.
Reciba todo mi afecto. ¡¡ Mucho ánimo!!