Escrit per: Laura
Hola,
Me llamo Laura, y tengo 31 años. Te escribo para decirte que en unos días es mi cumpleaños, y deseo que me des mi regalo de cumpleaños: que recibas por fin el alta. Para ello tienes que seguir con ese empujón que estás dando, no pares, sigue ahí. Sentirás que muchos momentos no tienes fuerzas, pero no te culpes por ello. Todos tenemos momentos en los que el cuerpo no da más, pero incluso ahí tienes que estar presente para llegar a tu objetivo final: volver a casa. Lo vas a conseguir. Confía en todo el personal sanitario que está contigo, te están ayudando en ese empujón, así cuando tengas menos fuerzas, seguirás empujando.
Debes estar harto/a de estar encerrado/a y no saber que hay fuera de esas cuatro paredes, así que te voy a contar lo que estoy viendo yo. Llevo un mes encerrada en cuatro paredes también así que pocas cosas te puedo decir, aunque son las de mi casa.
Hoy hace un día de sol radiante. Me he despertado y he tomado un café con leche y me he puesto a trabajar, tengo la suerte de poder hacer teletrabajo. La verdad es que hoy no me concentro nada, a veces la ansiedad me supera, pero intento no culparme por ello, estamos en una situación muy especial. Estoy escribiendo un proyecto de investigación. Soy gestora de proyectos en un centro de investigación de materiales. Está en el campus de la Universidad Autónoma. Mi trabajo consiste en ayudar a los investigadores a preparar los proyectos para conseguir la financiación para hacer esas investigaciones. Mi compañera de piso tiene un bebé de 10 meses, y con él se hace todo mucho más entretenido. Empezamos el confinamiento que todavía no gateaba, y ya se pone de pie y ¡se suelta! me da a mi que antes de que termine esto va a salir caminando y va a decir: ahí os quedáis, ¡yo estoy harto de estar encerrado! 😉 Cada tarde a las 8 es el primero en ponerse a aplaudir, ¡le encanta! A mi también me gusta salir y aplaudir (confieso que se me salta alguna lágrima), por todos vosotros, no solo los trabajadores, sino por ti también, que estás empujando.
Cada tarde también hago un poco de ejercicio, esto de no poder salir a caminar está pasando factura en mi cuerpo. Normalmente hago algo de yoga o estiramientos. Y es en ese momento de desconexión en el que más me acuerdo de ti. Porque sí, estoy pensando en ti todo el rato. En ti, y en los que están contigo (¡házselo saber a tus compañeros!). No estás solo/a, no te olvides de eso.
¿Sabes? vivo en el centro de Barcelona, y estos días el ruido de motos se ha convertido en pajaritos. Y eso me hace pensar mucho en la naturaleza, y lo mucho que la echo de menos, y seguro que tú también. ¿Te gusta el mar? Tengo muchas ganas de ver el mar, olerlo, sentirlo. Ya verás como ya mismo podremos hacerlo. Y quizá vayamos los dos a la misma playa, con toda la gente tomando el sol, jugando, riendo. Y tú y yo estaremos viendo el horizonte y como el mar parece que no tiene final; y yo me daré cuenta de que al lado mío hay otra persona haciendo lo mismo que yo, esa persona serás tú. Y nos miraremos, sonreiremos, nos iremos cada uno por nuestro lado y seguiremos con la vida normal que ahora mismo tanto ansiamos.
Ya mismo nos encontraremos. Mientras tanto seguiré pensando en ti todo el rato.
Un abrazo,
Laura