Escrit per: Anònim
Vecinos catalanes, o residentes en Cataluña, esta soy yo, Elena, en la edad de los Picapiedra, hace 30 años en el municipio de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Os escribo, no como familiar, sino como lectora, que ha visto que en vuestro hospital se libra la mayor de las batallas, y que vosotros los pacientes, estáis peleando con toda vuestra fuerza en ella. A los sanitarios que trabajan sin descanso, y que como bien dicen, en la guerra no hay horarios, y en la UCI tampoco. TODOS sois unos valientes y hoy quisiera mandaros estas palabras de cariño, cercanía y de pensamiento con vosotros. No estáis solos, y es un buen momento para que veáis que estamos juntos. Que da igual de donde vengamos cada uno, nuestras circunstancias particulares o si somos de una ideología, creencia o equipo de fútbol. En esto estamos todos unidos, creamos o no en las causas comunes. Porque cada uno intentamos aportar nuestro granito de arena con iniciativas solidarias, escribiendo cartas, quedándonos en casa, etc.
Espero que salgáis reforzados y que acudáis a quienes puedan daros la ayuda que demandéis, del tipo que sea. Entiendo que no darán datos personales, pero esta carta llega a través de un email en la que podéis contestar, hablar, pedir ayuda. Estaré aquí, no me voy a mover y si necesitáis algo o que ayude a cualquier cosa PODÉIS CONTAR CONMIGO.
Os mando besos, abrazos y fuerza desde la distancia, y aunque parece lejana, más me pareciera a mí meses atrás cuando “peleábamos” por cosas que en mi opinión son nimiedades en comparación con esto. Salvando esta circunstancia podrán volver a tener sentido y quizá sigamos en ellas pero desde otro prisa, más unidos, para conversar o acercar posturas, y para ver que cualquier distancia, disputa, es un granito de arena comparado con una guerra invisible que estáis librando. Y sacando adelante. Todas las victorias valen millones.
A los sanitarios daros las gracias por todo lo que estáis haciendo, muchas veces sin que se os haya pedido o en contra de vuestra propia salud y descanso. Espero de verdad, y estaré también presente en ese momento, que volviendo a salvar esta circunstancia, os tome en la CONSIDERACIÓN que merecéis. Porque sin vosotros no hay cura. Gracias de corazón, por seguir ahí.
Enfermer@s, celadores, auxiliares y todo el equipo que no es médico también agradeceros como a los que más todo el esfuerzo que estáis mostrando, y deciros que vuestra humanidad es las mitad de las patas de la mesa de la cura. Dar la mano, acompañar y estar presente con los más afectados es indispensable para fortalecer su ánimo, que de sobra sabemos que es vital para su curación.
A los investigadores, que tan pocas ayudas y tantas zancadillas os ponen, que esto no os desanime y encontréis la cura para frenar de seco esta situación, que os valoren vuestro trabajo con justicia. Y daros nuevamente las gracias porque sois otro pilar fundamental.
Un millón de abrazos. Fuerza.
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